Transformación digital. Qué es y por qué es necesaria

transformación digital

En los medios de comunicación y redes sociales hace tiempo que se insiste en la necesidad de implantar la «transformación digital». Esta tendencia se ha acentuado mucho más en la era Covid. Si antes era una progresiva necesidad competitiva causada por la propia evolución tecnológica ahora es una urgencia vital. Las sociedades tienen que seguir funcionando haya o no confinamientos. Hoy provocados por pandemias, mañana quizá por desastres naturales, o váyase usted a saber.

¿Qué es la transformación digital?

Se podría definir como la estrategia y el acto de transformar el entorno mediante innovación tecnológica, en forma de proceso estable y con un resultado más útil al que se hubiera obtenido sin aplicar dicha transformación.

También se podría definir como la alfabetización digital de las personas. Una forma de pensar y crear. Una mentalidad. Una moda. Una cultura. Una revolución. Una herramienta de control social. Incluso para algunos una religión en forma de manzana, motor de búsqueda o mega tienda online.

En realidad hace décadas que vivimos una masiva y constante transformación digital. Hemos pasado de escribir a máquina a hacerlo en computadoras. Esto facilita enormemente la gestión de la información. Poco después se multiplicaron sus beneficios con la explosión de Internet. Si a estos factores sumamos la ley de Moore que aumenta exponencialmente la capacidad de los chips. Finalmente obtenemos la digitalización de millones de nuevos procesos cada año.

El camino recorrido nos lleva a soñar en un mundo digital donde el sujeto consiga lo que necesita cuando lo necesita y en la forma que lo necesita.

Para las empresas la transformación debe convertirlas en más rentables, eficientes y útiles para la sociedad, con ayuda de la tecnología.

Utilidad de la transformación digital

Me gustaría remarcar la utilidad del artefacto resultante. Sobre todo porque el simple hecho de digitalizar no trae consigo una mejora de forma automática.

Por ejemplo, podríamos «digitalizar» el proceso interno de solicitar recursos para los proyectos de una empresa. Podríamos crear una aplicación nueva con atractivos formularios y todas las capacidades horizontales de una aplicación empresarial.

Ahora bien, es muy probable que el valor que aporta registrar esa información por esa vía sea bajo. Sobretodo si es fácil conseguirla a través de un filtro en contabilidad. En este caso no estaríamos transformando digitalmente sino añadiendo burocracia. Es decir, trabajo inútil a los empleados.

Si el desarrollo no es útil o no va alineado con una estrategia donde se ponga a las personas en el centro va a acabar siendo un fracaso.

La transformación digital en los negocios

La transformación digital se puede aplicar a cualquier interacción humana moderna: las relaciones personales, la cultura, el ocio, el conocimiento, etc. Cualquier proyecto humano hoy día es susceptible de ser transformado. Por lo que dado el enorme ámbito que ocupa vamos a centrar el análisis en los negocios. A partir de ahí será fácil extrapolarlo a otros ámbitos.

Sin pretender ser una guía de transformación digital, primero diferenciaremos las principales áreas de una empresa.

  • Dirección: responsabilidad de definir e implantar la estrategia conjunta.
  • Ventas: la manera en que se coloca el producto o servicios en el mercado.
  • Recurso humanos: la captación y gestión del principal activo de una empresa, las personas.
  • Administración y finanzas: soporte de gestión para las demás áreas.
  • Operaciones: todo lo relacionado con la creación del producto o prestación del servicio.

Dirección de la empresa

La dirección define la estrategia corporativa a medio y largo plazo. También es responsable entre otras cosas de definir objetivos, seguir su cumplimiento e implantar la cultura empresarial. Por todo esto, la dirección es pieza clave en el proceso de transformación digital. Si no participa, da ejemplo y lo lidera, el proceso va a ser un fracaso.

¿Por qué transformar?

Quizá las cosas funcionan razonablemente bien tal como están. Una respuesta podría ser para avanzarse a los cambios antes de que te saquen del mercado. En muchos sectores hoy es más conservador arriesgar transformando que quedarse quieto.

¿Qué transformar?

Lo primero que hay que transformar es la cultura de la empresa. Por ejemplo incorporando formas de organización más horizontales y ágiles que encajen con las nuevas generaciones.

Por otro lado seguro que hay margen de mejora en el procesamiento del actual modelo de datos. Todas las empresas generan enormes cantidades de datos que podrían ser analizados ayudando en la toma de decisiones. Convertir la empresa en «Data Driven» es uno de los pilares que puede ayudar en el resto de la transformación.

Finalmente cabría analizar los procesos internos. Ver qué mejoras concretas se podrían hacer y cómo la tecnología podría ayudar. Aquí la dirección debe aportar recursos para ayudar a conseguir los objetivos.

¿Cómo transformar?

Como hemos dicho vivimos en un mundo cambiante por lo que la mejor opción sería mediante el uso de metodologías ágiles. No vale de nada invertir horas y horas en informes y estudios. Hay que hacer transformaciones parciales para ir moldeando y encajando el proceso. Esto favorece la innovación y el aprendizaje.

¿A qué personas afectará la transformación?

La respuesta es a todas. Es una cultura transversal que requiere ser adoptada por los empleados, clientes, proveedores y cualquier persona que ronde la órbita de la empresa.

Las ventas

Las ventas son seguramente el área de negocio donde la transformación digital ha llegado más lejos en la primera era de Internet. El mayor beneficio económico a corto plazo que trae digitalizar las ventas seguramente ha sido su incentivo. El resultado es el gran negocio creado alrededor del marketing digital.

Google primero y Facebook después han «democratizado» el acceso a la publicidad. Han especializado y reducido su coste gracias al acceso segmentado de miles de millones de usuarios enganchados a sus aplicaciones. Es probable que nunca antes un área de negocio había estado tan concentrada en tan pocos proveedores.

Estas plataformas disponen de tantos datos que permiten segmentar el mercado y a las personas con gran detalle. A su vez tienen una barrera de entrada prácticamente inexistente pues se pueden hacer campañas desde cinco euros. Desde las grandes marcas hasta la peluquería del barrio las usan pues el retorno de la inversión está más que asegurado.

A su alrededor también ha florecido una «industria» auxiliar de análisis, agencias y academias. Su objetivo es ayudar a las empresas a crear estrategias y manejar sus herramientas digitales.

Los recursos humanos

Al igual que en las ventas, el cambio de paradigma digital ha afectado profundamente a los recursos humanos. Lejos quedan los anuncios en prensa escrita de «Importante empresa multinacional busca…» como principal canal de reclutamiento.

Esta transformación ha lleva a la «marketización digital» de los recursos humanos. Las plataformas digitales cuyo modelo de negocio se basa en la recopilación de datos, segmentación, y su posterior venta, han engullido no sólo a consumidores y empresas, sino también a empleados y reclutadores.

Plataformas como Linkedin han digitalizado de forma masiva los contactos profesionales y el reclutamiento. Otras aplicaciones han integrado todos los servicios y procesos para hacer los recursos humanos más eficientes.

La especialización también han afectado ampliamente a este servicio. Para reclutar ya no basta con poner anuncios y hacer entrevistas . Hay que entablar diálogo con los candidatos y empresas antes de iniciar el proceso. Hablar su jerga técnica, entender sus preocupaciones y aspiraciones. Hacer branding de marca tanto por parte de las empresas como por parte de las personas candidatas. Destacar ante tanta información para el hacer el mejor «match» posible.

En definitiva el nuevo modelo pretende facilitar la conexión profesional para poner a las personas en el centro. De ahí que surjan nuevos conceptos como la «candidate experience» o la «employee experiencie».

Administración y finanzas

Hace tiempo que la tecnología da apoyo a los procesos administrativos y de finanzas, mediante software de gestión. Dicho software ha ido evolucionando añadiendo nuevas funcionalidades y mejorando la experiencia de usuario. Hoy se pueden registrar facturas, hacer pedidos, integrar con contabilidad, presentar impuestos, entre muchas otras.

Aún así la verdadera revolución todavía no haya llegado. Hay estudios del Foro Económico Mundial que pronostica que los trabajos administrativos y contables serán los que van a sufrir una mayor sustitución tecnológica. En los próximos años el cambio va a ir mucho más allá del software de gestión.

La transformación digital integrará en breve el resto de procesos de negocio para que la administración humana se diluya en una simple comunicación entre servicios de software. Las facturas hoy ya son digitales y avanzarán en su proceso «tokenización» para volverse invisibles en el siguiente nivel. Nadie hablará de formulario, escrituras o facturas como nadie habla hoy de datagramas, segmentos o tramas. Las relaciones humanas se empaquetarán en cápsulas que incluirán listas de acciones automáticas e inteligentes para su gestión.

Operaciones

La conexión de cada vez más dispositivos y procesos digitales en las operaciones y a todos los niveles ha traído consigo la generación masiva de datos. Y su estudio ha generado un nuevo conocimiento que permite mejorar los procesos, su eficiencia y atender la demanda de forma más precisa.

El proceso de dotar cada vez de más inteligencia a los dispositivos conectados en red permite, además de enriquecer con más datos la toma de decisiones, un mayor nivel de automatización y control. Esto convierte las organizaciones en enormes organismos digitales capaces de funcionar orquestrados para conseguir un fin común.

Además, esta autonomía tecnológica significa que cada vez se depende menos del trabajo humano «automatizable». Y por lo tanto de sus costes. Por contra crea una dependencia enorme hacia los costes humanos «no automatizables». Los cuales son esenciales para la creación, puesta en funcionamiento, mantenimiento y mejora de estas infraestructuras digitales.

En definitiva, la transformación en las operaciones es una de las más importantes pues es donde se sitúa la mayor parte del «core» y «know-how» en muchas empresas.

Un comentario en «Transformación digital. Qué es y por qué es necesaria»

  1. Thanks for the suggestions you have shared here. Something else I would like to express is that laptop or computer memory specifications generally increase along with other advances in the engineering. For instance, if new generations of processor chips are brought to the market, there is certainly usually a similar increase in the size preferences of all computer system memory and hard drive space. This is because software program operated simply by these processor chips will inevitably increase in power to take advantage of the new technology.

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